Para hoy una historia paranormal totalmente verídica.
Hace un par de años vivia en una casita baja, de una planta, un poco vieja a unos kilómetros de Valencia. Viví allí tres años. Durante el primer año, en invierno, empezaron a pasar cosas raras en la casa. Mi novio se fue unos días de viaje de trabajo y yo me quedé sola. Cuando me iba de casa dejaba todo cerrado pero cuando volvía la casa cada día me encontraba cosas desordenadas: las puertas de los armarios estaban abiertas; una vez un jarrón con flores secas roto en el suelo, ropa en el suelo, el sofá rajado por un lado... y la casa seguía cerrada a cal y canto.
Se lo dije a mi novio por teléfono y me contestó:"Lolaaaa, con lo desordenada que eres, ¿no lo habrás hecho tú?" Así que no le expliqué nada más a nadie.
Entonces empezaron a pasar cosas raras también por la noche, oía ruidos en la cocina y en la habitación, una noche hasta me pareció que una "presencia" estaba conmigo en la cama mientras dormia...hasta que una mañana, un plato que dejé en el fregadero de la cena de la noche anterior, apareció limpio.
Uissss, un fantasma que limpia...uiss, que mañana le dejo yo el plumero , la plancha y a esto le saco negocio, entonces le vi los ojos y no sé quién de los dos se asustó más si el gato o yo. El gato de mi vecina llevaba una semana de picos pardos, se había metido por la salida de ventilación del lavadero ( aún no se cómo) y se lo había pasado en grande en casa.
Que majo el gato!!! Debe ser que en su casa no le querían mucho, no le echaron de menos?
ResponderEliminarSi lo echaron de menos yo no me enteré, luego el gato y yo nos hicimos buenos amigos
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